CUENTO
Hubo una vez un rey llamado Pedro y una reina llamada Helena que vivían en una preciosa mansión rodeada de hermosos jardines, vivían con sus seis hijos, cuatro príncipes y dos princesas que alegraban con su sonrisa y dulzura éste hermoso hogar. Pero de repente un día, la reina Helena descubrió con gran alegría que iba a tener otro bebe.
El rey y la reina estaban muy entusiasmados con la idea de ser nuevamente padres, pues lo esperaban con gran alegría pera colmarlo de amor y felicidad.
Cuando se llego la hora de tener el bebe, la reina helena dio a luz a una hermosa niña, la más linda de todo el mundo; el rey entusiasmado dijo, como se llamara nuestra bella bebe, la reina dijo quiero que tenga un nombre santo, entonces el rey expresó: se llamara María, como la madre de Jesús, y así fue, la llamaron María, y con la llegada de ella ya no eran seis hijos sino siete los que alegraban la preciosa mansión.
La niña fue creciendo junto con sus hermanas, jugaban, reían y hasta hacían rabiar a su querida mamá, la reina Helena.
A la bella María le gustaba jugar con sus dos hermanas, jugaban a las muñecas, a las doctoras, a las hadas, y a las profesoras y a la bella María le gustaba enseñar, ella siempre quería ser la profesora, quien con amor daba la lección a sus dos hermanitas.
Pero lo que más le gustaba a la bella María era que llegara el anochecer, pues su madre antes de acostarla a dormir juntaba sus manos y le enseñaba a orar, ella con mucha fe daba gracias por la vida y por las alegrías de cada día, después la reina Helena le contaba cuentos para dormir con los que la bella María se ponía a soñar sueños tan hermosos que al otro día compartía con su madre y sus hermanas a las que hacía reír con gran intensidad.
La bella María se sentía muy feliz, estaba segura de que ella era muy importante para toda su familia, y eso era algo que le daba satisfacción a su vida, se sentía rodeada de amor y felicidad.
A la bella María le gustaba a su padre escuchar, historias fascinantes y cuentos que habían sido realidad, también le encantaba cuando salía con él a caminar porque le contaba canciones tan hermosas difícil de olvidar.
La hermosa niña recuerda con alegría una canción que su padre el rey Pedro le cantaba en los ratos de caminata cuando salían a jugar. Y dice así:
Todos los gatitos todos los gatitos
Toman chocolate toman coca cola
Y el más chiquitico, y el más chiquitico
Es el que lo bate. Mueve la cola.
Cada que su padre le cantaba esa canción ella quería que se la cantara una y otra vez.
La bella María también le gustaba escuchar las historias de su abuela cuando la iba a visitar, le contaba cuentos tenebrosos que después la hacía asustar, pero su abuelita la abrazaba y la volvía a entusiasmar.
Al paso del tiempo la bella María ya más crecidita se empezó a enamorar, del príncipe Fernando quien la hacía inspirar, él también le empezó a coquetear con frases amorosas que le ponía el corazón a palpitar.
Los dos se enamoraron y los reyes los hicieron casar, tuvieron un bebe a quien amaron con el más profundo amor y el que los unió por toda la eternidad.
Y fueron felices por siempre.
AUTOR: HILDA MARÍA MORENO AVENDAÑO
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